jueves, 30 de abril de 2009

DESPLOME SOCIAL SIN FIN

El terremoto social continua. Las víctimas día a día, hora a hora, minuto a minuto, se van contabilizando por cientos, por miles hasta llegar a la preocupante cifra de cuatro millones de parados. Cuatro millones de ciudadanos que con los brazos cruzados esperan desesperadamente que alguien encuentre la llave para atravesar el umbral de la puerta que da acceso al puesto de trabajo.

Mientras esto sucede los dramas familiares se van sucediendo de forma cruel. Son cada vez más las personas que ven como los proyectos futuros de vida se truncan sin que puedan hacer nada. Como la ilusión de que algún día puedan ser dueños de su propia vivienda no va ha ser posible, de momento, por que la hipoteca que tienen sobre el piso está a punto de ejecutarse por la falta de euros para hacer frente al pago mensual.

Dicen, los que tienen memoria y han vivido otros tiempos, que no ha habido crisis tan dura como la que estamos atravesando, pero no sirve de nada la memoria. Tiempos nuevos causas direrentes y repercusiones también diferentes.

Comentrarios de la calle, tal vez maliciosos, dicen que en las farmacias ha aumentado la venta de productos que evitan que los ojos segreguen agua. Es un buen termómetro sociológico para saber el grado de desesperación en el que se encuentra la sociedad. Lloramos y lloramos, mientras otros, los dueños y responsables de la "cosa" nos piden paciencia; que todo esto pasara y mientras tanto no solo los lunes estaremos al sol, nos encontramos, los lunes, los martes, mayo, junio, julio.....incluso tendremos tiempo para escribir un libro, aunque su título no invitará al obtimismo y será un tanto dramático: "Me apagué cuando esperaba".