sábado, 29 de octubre de 2011

PARTICIPACIÓN

En la anterior legislatura a pesar de que el porcenteje del presupuesto de inversión en vía pública se amplió del 10% al 30% para que los colectivos sociales decidieran dónde se invertiría dicha partida, no parece haber sido suficiente para satisfacer las demandas vecinales. Las urnas confirmaron esa insatisfación relevando el liderato en la Casa Consistorial vitoriana. Es por tanto lógico pensar que se ha dado paso hacia un nuevo ciclo acorde a la madured democrática. Las espectativas que se vislumbran son realmente positivas, pero son los nuevos dirigentes los que deberán consolidarlas si no quieren ser arrastrados por las "papeletas electorales" como les sucedió a sus compañeros socialistas en el Ayuntamiento. Los retos de participación son importantes ya que la crisis económica es una variable de vital importancia.
Con unos recursos muy limitados, debido a la baja recaudación, el margen de maniobra que tienen los ciudadanos para influir de forma directa en las inversiones relativas a vía pública son también muy escasos. Lo que en otros tiempos acaparaba mucha atención y tiempo en los Consejos Territoriales quedará relegado a un lugar discreto. Toca reestructurar la filosofía de los órganos de participación en relación a una nueva orientación. Convertirlos en un espacio de consultoría-reclamación debidamente ordenada podría ser una alternativa. Los concejales presentes podrían conocer de primera mano las demandas de los barrios.
Además se daría una oportunidad a muchos ciudadanos para que conozcan a los colectivos sociales que están asentados en la zona. Muchos vecinos por desconocimiento o por falta de "empuje" desconocen la labor de los colectivos y esta sería un buena manera de incentivar su participación para juntos hacer ciudad. Todos debemos participar. Es una forma de evitar en gran medida malos entendidos entre los vecinos y quienes nos gobiernan. Si queremos lo mejor para Vitoria toda aportación por pequeña que ésta sea la calidad de vida de todos seguirá en alza.

domingo, 23 de octubre de 2011

INDIGENCIA

De la mala situación económica en la que nos encontramos emergen situaciones muy dificiles. Nacen nuevos problemas y otros que ya teníamos los incrementa. La pobreza y sus consecuencias se multiplican exponencialmente. La indigencia aumenta de forma importante. El desempleo es una de las consecuencias por las que las personas se ven obligadas a integrarse en el hogar cuyo techo son las estrellas. Pero esto no es nuevo. Siempre que los tiempos han sido difíciless ha ocurrido lo mismo y por tanto no deberíamos escandalizarnos, aunque sí sentirnos un poco culpables. Entiendo, por tanto, el malestar de los vecinos que observan en primera fila la degradación del ser humano. Tienen que aguantar comportamientos incívicos de todas esas personas que la vida les ha tratado con dureza, aunque no soy partidario de culpabilizar a la sociedad.

Lo que está ocurriendo en Judizmendi no es nuevo en la ciudad. Ocurre y ha ocurrido en otros lugares. Es un reflejo más de la miseria económica y humana a la que algunos llegan. Indigentes apostados en unos bancos bebiendo, haciendo sus necesidades en público y molestando a los viandantes. Pero hay que reconocer que es el precio que pagamos todos debido a que nos encontramos en una sociedad llena de desigualdades y de oportunidades perdidas. No pretendo culpabilizar a nadie, pero considero que es la realidad.

¿Qué deberían hacer las autoridades para evitar las numerosas fotografías de la verguenza? ¿Qué proponemos los ciudadanos para evitar asistir a capítulos reprochables como los protagonizados por los indigentes? Es muy fácil quejarse, pero dar una solución sin herir sensibilidades es muy dificil. ¿Les introduciríamos en una furgoneta policial y les encerramos para que no molesten? ¿Qué hacemos? Me gustaría que alguien propusiera algo. Que aportaría esa respuesta que hasta ahora nadie tiene. Recuerdo que cuando la policía intervino retirándoles de la Plaza de la Virgen Blanca hubo protestas. Al gobierno municipal de aquel momento se le tacho de todo. En la actualidad ¿creemos que la solución sería que los agentes de policía les trasladase a un lugar oculto para evitar que veamos la degradación del ser humano? ¿Iría contra la libertad de circulación de las personas? Es verdaderamente un serio problema que todabía estamos muy lejos de dar una solución.

miércoles, 19 de octubre de 2011

FLUJO DE DINERO

En numerosas ocasiones y desde diferentes ámbitos económicos se pone de manifiesto la escased de recursos que los bancos colocan para la financiación de las empresas, autónomos y particulares. Los requisitos para acceder a un prestamo son cada vez mayores. La desconfianza que las entidades bancarias tiene en relación a todos los que se acercan a sus ventanillas para solicitar algún tipo de prestamo es muy elevada. El índice de morosidad que hemos conocido recientemente, un 7%, es un argumento más que solvente que refuerza la desconfianza de los bancos y cajas. Aunque no solo la desconfianza en los solicitantes de créditos se basa la escased de recursos prestados. También las entidades financieras utilizan sus fondos para comprar las abundantes emisiones de deuda del estado.
Es lógico pensar que la seguridad prima en cualquier inversión. Un banco o caja invierte su capital principalmente en productos que tengan una solvencia acreditada y por tanto acuden donde más garantía de cobro obtienen. El estado es la mejor garantía y es allí donde aisiten para hacer negocio principalmente. Todo ello como es lógico resta recursos para dedicarlos a otro tipo de negocios como es la financiación de autónomos o particulares. Además el panorama no parece que vaya ha cambiar. Estamos asistiendo a un endeudamiento por parte del estado histórico. Lo cual nos hace pensar que las entidades financieras seguirán la política que hasta ahora llevaban a cabo. Comprar deuda del estado. Durante el próximo ejercicio nuestro país debe hacer frente al vencimiento de 150.000 millones de euros. Una cifra muy elevada y que será una dificultad más para la consecución de finnaciación por parte de particulares y empresas.
En resumen la falta de crédito continuará y con ella la economía no remontará. Es decir la crisis seguirá acaparando la vida en la sociedad. El paro seguirá siendo un gran problema y como consecuencia el índice de pobreza se mantendrá al alza. Todo un panorama desolador y sin perspectivas de cambio. Solo un liderazgo fuerte y con capacidad de tomar decisiones duras, pero eficaces podría cambiar todos los negativos pronósticos.

NECESIDADES REALES

En la situación en la que nos encontramos crear falsas espectativas al igual que acometer obras con las arcas institucionales a cero no contribuye a superar la crisis. Entendiendo que las necesidades de los nuevos barrios son importantes y muy necesarias habría que priorizarlas. Clasificarlas en cuanto al número de personas que les podría beneficiar podría servir para dar los primeros pasos. Escuelas infantiles junto con los correspondientes centros de salud son dos pilares fundamentales. Las instalaciones deportivas como es un campo de futbol es a todas luces una segunda línea de actuación. Se que muchos de los vecinos de barrios como Marriturri o Zabalgana apuestan por que se les habilite dicho espacio.

Están en su derecho, pero no es menos cierto que al ser una necesidad secundaria la obción es desplazarse a otro barrio como Zaramaga. Dicho barrio acredita tres campos de futbol, uno de ellos de reciente construcción. Lo sensato sería obtimizar dicho recurso de forma temporal hasta que los recursos públicos se recuperen. Se que este razonamiento levantará ampollas, pero no es menos cierto que bnadie quiere pagar los excesos de una anterior administración de la ciudad. El gobierno anterior irresponsablemente gasto tres millones de euros en ejecutar otro campo de futbol olvidando a los nuevos barrios. Las consecuencias las estais padeciendo vecinos de Mariturri y Zabalgana. Por tanto no creo que lo que he comentado sea nada descabellado.

lunes, 17 de octubre de 2011

MOVILIZACIONES

No tengo la suficiente información para acreditar si la protesta del pasado martes, realizada por los funcionarios del Ayuntamiento, fue la más numerosa de las hasta ahora realizadas, pero no parece que haya sido acertada. Protestaban por las rebajas en sus sueldos debido a un decreto impulsado por el gobierno de Zapatero. Pero sobre todo exteriorizaban su malestar por la eleminación de algunos pluses extras que en algunos casos suponía una rebaja en el sueldo de hasta un 8%, tres puntos más que lo establecido en el decreto. El gobierno municipal tomó la decisión de no continuar pagando al personal que tenía establecido un pago añadido en algunas nóminas por el uso del automóvil. Se ha comprobado que no se hacía uso del coche y por tanto el pago estaba infundado. Algo del todo sensato y que ha levantado la ira sindical.
Solo por esta "pataleta" quedan desacreditados los sindicalistas ya que no es de recibo que la sociedad vitoriana continue pagando una factura sin que exista contraprestación alguna. No pueden, los sindicatos, aspirar a que los trabajadores perciban recursos que no están justificados. Si persisten en sus protestas harán que los ciudadanos se coloquen en frente del sector funcionarial. Los representantes sindicales deben reorientar su labor que en numerosas ocasiones ha servido para que esta sociedad sea más justa.
En el caso que nos ocupa, los sindicalistas, han de hacer un verdadero análisis sobre todo teniendo encuenta en la situación en la que todos nos encontramos. No deben tirar por la borda todo el trabajo que han realizado durante años. Han demostrado una gran responsabilidad y por tanto creo que deberían continuar en esta línea. El diálogo y la voluntad debe servir para llegar a los acuerdos necesarios y por tanto han de ser el denominador común. Las protestas y la huelga han de llevarse a cabo cuando todos los caminos estén agotados. Apenas se han dado pasos para el entendimiento y por tanto las movilizaciones están de más.
Todos esperamos que se alcance un acuerdo justo. Exsibir la fuerza por medio de protestas públicas, aireando los desacuerdos, en este caso pone en evidencia a los funcionarios y les desacredita ante los vitorianos, como hemos descrito. La sensated y la racionalidad ha de imponerse de lo contrario todos perderemos