martes, 23 de octubre de 2012

MÁS DE BICICLETAS


 
Según las últimas informaciones hemos sabido que los accidentes de bicicletas están llegando a  unas cotas preocupantes. Estos datos vienen a reforzar las críticas sobre el mal uso que se hace de la bicicleta. Además  lo que más llama la atención es que la responsable política municipal, la concejala Comerón, reclame responsabilidad. “Esforzarse para alcanzar una relación pacifica entre peatones, conductores y ciclistas”.

 

El mero hecho de hacer esta petición solo puede deberse a una causa. Se carece de un proyecto eficaz para acotar los accidentes. Pone de manifiesto la falta de madurez política  ya que da la impresión que se arroja la toalla sin presentar una verdadera batalla. Los políticos están para resolver problemas no para dar consejos a nadie. Los responsables políticos, con verdadero compromiso con los ciudadanos, buscan poner en marcha soluciones y nunca pedir que los ciudadanos se “busquen la vida”. Si la convivencia con los ciclistas no es buena habrá que dar soluciones y no una “vela a los vecinos” para que solucionen la papeleta.

 

A través de los impuestos pagamos a nuestros políticos para que resuelvan problemas. Les elegimos para que propongan soluciones no para que nos hagan ninguna petición. Las estrategias desarrolladas en el salón no son las que van encaminadas a resolver nada si previamente no se ha estado en la calle. Hay que trabajar en la calle, hablar con todos, nos caigan simpáticos o no. Un político debe formar parte de la sociedad es la garantía de que al menos pone todo de su parte para solventar los problemas que se vayan planteando.

 

Las bicicletas ya no solo son para el verano son para todas las épocas al igual que los políticos. Estos deben estar no solo para calentar sillas si no para trabajar en pro de los ciudadanos que les han dado su confianza.

miércoles, 3 de octubre de 2012


LAS BICICLETAS

El uso de la bicicleta en nuestra ciudad, en los últimos tiempos, se está incrementando de forma destacada. Los vitorianos estamos convirtiendo a la bici en un instrumento más, de trasporte. Además Vitoria está desarrollando una red de carriles bici que facilitan la movilidad por la ciudad y por ende su uso. La capital es una de las poblaciones que tienen un mayor número de kilómetros en los que la bici puede discurrir preferencialmente.

 

 Las ventajas de su utilización son numerosas. Una de ella es que refuerza nuestra salud. El pedaleo es una buena manera de hacer ejercicio que ayuda a mantenernos en forma.  Aunque existe una ventaja que sobre sale, que destaca. Contribuye a la lucha contra la contaminación. Una aportación que ha sido reconocida por Europa colocándonos como ejemplo concediéndonos el premio Green Capital europea.

 

Todo ello está muy bien, aunque existen algunos aspectos que debemos limarlos. Trabajar para tratar de reducir a la mínima expresión los aspectos negativos. El aumento del parque de bicis está siendo un magnífico atractivo para los amigos de lo ajeno. Están aumentando de manera extraordinaria los robos. La suma de las desapariciones de bicis se está convirtiendo en un quebradero de cabeza para los propietarios. El malestar es, en estos casos, exportarlo hacia   la policía para que aumente su vigilancia. Siendo esto muy razonable y lógico los propietarios de los vehículos, de dos ruedas, también deberíamos reforzar la seguridad. Así como tratamos de poner los medios más seguros para evitar el robo del coche o que los ladrones entren en nuestro hogar, la bici ha de comenzar ha ser un elemento de prioridad para protegerla.

 

Los ladrones siempre van un paso por delante para conseguir su objetivo, pero nosotros tenemos el deber, si no queremos sorpresas, de tratar de evitar que suceda. Estamos en mantillas en todo lo que significa poner “un cebo” en la bici, por lo que tenemos trabajo por delante.  Labor que debe desarrollarse en complicidad con la policía local. Entretenerse en críticas estériles dirigidas a quien se encarga de la seguridad ciudadana solo sirve para desactivar la lucha contra el delito. Algo que no beneficia a nadie.