domingo, 25 de marzo de 2012

GAROÑA

Desde que la central nuclear japonesa de Fukuskima tuvo un accidente, debido al tsunami, los movimientos anti nucleares se han visto reforzados. En nuestro país la central de Garoña se encuentra como principal objetivo para reclamar el cierre por parte del mundo ecologista. Los colectivos vinculados claramente a la izquierda se han sumado y están reavivando la oposición a la central que se halla en Burgos. Algo que perjudica de manera muy importante a los auténticos ecologistas. Aunque curiosamente no muestran rechazo a las centrales cercanas como las existentes en Francia. Además los argumentos para mostrar su oposición no parece que hayan calado y arrastrado a toda la población a seguir la línea de rechazo que mantienen.


La central de Garoña es una instalación segura a tenor de las comprobaciones y revisiones que se han realizado. Debido a lo acontecido en Japón la vigilancia y revisión se ha reforzado y por lo tanto es muy exhaustiva. A pesar de todo ello es preocupante que haya grupos que lancen mensajes alarmantes, acerca de las centrales, sin ninguna base científica que lo avale.

De igual manera la prolongación del funcionamiento de la vida de Garoña por parte del Gobierno de la nación se basa en resoluciones técnicas no por el mero capricho del Ejecutivo. Nuestro país no puede permitirse el cierre de las centrales si estas tienen las garantías de seguridad adecuadas. Somos un país dependiente del petróleo y las centrales rebajan nuestra dependencia. Aunque hay un dato muy revelador. Su agresión al medio ambiente es limitada al contrario de otras instalaciones como las desaladoras que los grupos ecologistas silencian su impacto medio ambiental.

Un pequeño detalle más que añadir y que apenas se resalta. Las energías alternativas no responden a las necesidades energéticas cuando la demanda alcanza cotas muy altas. Para ello están las generadas por las centrales. Un molino no produce energía si no hay viento. Una placa solar no absorbe energía cuando el sol se oculta.

Por último cerrar las centrales es perder competitividad. El kilowatio que produce una central nuclear es enormemente más barato que el producido por las energías alternativas. Una buena consulta para la ciudadanía es que el recibo de la luz tenga dos tarifas. Una, la tarifa a pagar si la energía que consume es generada por energías alternativas y la otra por centrales nucleares. El consumidor decide. Opta por el pago de una u otra factura. Desde aquí animaría a los opositores a las centrales que revindicaran la doble tarifa. Sería algo muy esclarecedor y despejaría muchas dudas.

jueves, 22 de marzo de 2012

BICICLETAS

La bicicleta en esta ciudad se está generando cierto malestar entre sus propietarios. Me estoy refiriendo a los robos y hurtos que se llevan a cabo en Vitoria. La falta de un distintivo de control que señale quién es su propietario es un buen soporte y un inmejorable aliado aliado para que los amigos de lo ajeno tengan más fácil su objetivo y que no es otro que el delinquir. Es por tanto imprescindible poner en marcha algún tipo de sistema que ponga coto a quienes no respetan la propiedad ajena. El verano es una época en la que las dos ruedas fluyen por las calles de la ciudad de forma masiva. Circunstancia que suelen aprovechar los ladrones para aumentar su actividad. Lo cual se hace más que urgente que en nuestra ciudad se habilite un registro de bicicleta para que todos aquellos propietarios de bicis puedan estar más tranquilos. Para que el año de la Green Capital no se vea empañado por una serie de incidencias delictivas. Hemos conseguido ser la ciudad verde europea 2012, pero es una etapa más en el camino que debemos recorrer. Debemos también ser ambiciosos para que Vitoria sea ejemplo de una lucha eficiente contra el delito. Que la percepción que aún tenemos de una cierta inseguridad se elimine. Par que cuando dejemo la bicicleta en su apacamoento y se nos olvide candarla cuando volvamos a utilizarlass no nos encontremos que en el lugar que la habíamos dejado ya no está. Debemos aspirar a eso. Para ello e ha de poner los medios. En este caso registrar las bicis es un solución que puede resolver parte del problema.

viernes, 9 de marzo de 2012

BICICLETAS

BICICLETAS
Se está incrementando el número de ciudadanos que se preguntan si existe, en nuestra ciudad la cultura del uso racional de las dos ruedas. Porque una cosa es que cada vez se utilice con mayor frecuencia la bicicleta y otra muy distinta que sepamos que su utilización reporta una responsabilidad y un riesgo añadido. Subirse a una bicicleta para circular por la ciudad no es un juego. Es algo muy serio que incluso puede acarrearnos multitud de problemas.

Desafortunadamente observamos, más de lo que todos desearíamos, comportamientos de ciclistas que no son adecuados. En ocasiones actitudes poco ortodoxas al mando de una bici pueden llegar a poner en riesgo la integridad física del ciclista y peatones. Sabemos que no es algo genérico, pero de alguna manera coloca a todos los usuarios de bicicletas en el centro de las críticas. La escasa responsabilidad de unos pocos repercute negativamente a todos. Quién no ha visto alguna vez a un ciclista circular por las aceras a una velocidad no muy aconsejable para la seguridad de los viandantes. Quién no les ha visto saltarse un semáforo en rojo. Quién no les ha visto circular entre los coches cuando estos esperan que el semáforo les de paso.

Las imprudencias que se comenten día tras día en el uso de las dos ruedas aumentan de forma importante. Una situación que está creando un gran malestar en la ciudadanía. Mientras esto sucede las autoridades no parecen tener como prioridad corregir las malas prácticas de algunos ciclistas. Se reclama, en muchas ocasiones, que la administración reaccione. Que tome las medidas necesarias para erradicar las conductas irresponsables.

Si se obliga a los vehículos de motor que tengan un seguro las bicis, que es también vehículo, deberían estar aseguradas. Para la conducción de un coche quien se coloque al volante para dirigirlo está obligado a tener un carnet que avala su capacidad para la conducción y el conocimiento del código de circulación. Los ciclistas deberían, de igual modo, poseer un carnet que señale la capacidad para utilizar una bici y conocer las normas para la circulación. Es decir no se les ha sometido a un examen para evaluar el manejo de la bici. Es algo que elemental que debería tenerse en cuenta.

lunes, 5 de marzo de 2012

3 DE MARZO

3 DE MARZO
Hace 36 años Vitoria fue escenario de un trágico suceso, cinco ciudadanos murieron en una intervención muy desafortunada de la policía. Su muerte no me cabe duda que causó y continúa causando un profundo dolor en sus familias. La pérdida de cualquier ser querido es motivo más que suficiente para llevar durante toda la vida una pena muy profunda en el corazón. Ya nada es igual sin la presencia de la persona amada.

Lo ocurrido aquella tarde soleada, casi primaveral, del 3 de marzo de 1976, nunca debió ocurrir. Fue un grave error la contundente intervención policial. Los mandos de la ya desaparecida Policía Armada no supieron valorar el alcance de unas órdenes muy discutibles, aunque a mi entender muy erráticas. El gran número de personas concentradas, en los alrededores de la iglesia de S. Francisco de Asís, desaconsejaba cualquier tipo de actuación que llevase aparejado el uso de la fuerza.

Ocurrió lo que en toda lógica debía ocurrir. Las fuerzas del orden cuando intentaron disolver la gran concentración de personas se vieron desbordadas, nerviosas y con miedo, reaccionaron con una contundencia desaforada. El resultado no pudo ser más doloroso para todos. Fueron cinco las víctimas mortales que cayeron en el frío asfalto. Su vida en un segundo había desaparecido. Cinco personas que ya no nos acompañarían en el transitar hacia la democracia. Cinco ciudadanos que se les privó para siempre de disfrutar con su familia de la vida. Cinco hombres que permanecerán en la memoria colectiva de la ciudad. Todos les debemos un respeto. Nadie tiene ningún derecho a instrumentalizar su muerte como bandera ideológica. Quien así lo pretenda estará ensuciando su memoria. Que es la de todos.

viernes, 2 de marzo de 2012

TRANVÍA

TRANVÍA
El panorama por fin se despeja. Los vitorianos vamos a disfrutar, en un tiempo relativamente corto, de la ampliación de un servicio que ha ido paulatinamente adquiriendo una trascendental relevancia. Se ha colocado como una nueva modalidad del transporte que por su eficacia y rapidez está siendo utilizado por cada vez un mayor número de usuarios. Me estoy refiriendo al tranvía. Además considero que la futura ampliación del trayecto por el que va a discurrir el tranvía ha sido una decisión sensata y racional. Se calcula que hasta setenta mil personas podrían beneficiarse de él muy al contrario de lo que se pretendía con anterioridad. La expansión proyectada por la zona de uniersidades hubiera dado servicio a un número de ciudadanos sensiblemente menor.

Esto no puede significar descartar definitivamente la ampliación por esa lugar. Al contrario posiblemente se llevarán a cabo los trabajos de expansión e ir completando el servicio a toda la ciudad. Además no solo por el número de personas es positivo la expansión diseñada si no que podrían exister otras causas que hayan decantado que sea esta parte de la ciudad la que acoga la ampliación. El barrio de Zaramaga, que es una de las zonas de la ampliación, es un lugar donde habitan una gran cantidad de personas mayores que se van a ver favorecidas por el servicio. El dicho barrio una cantidad de población supera los sesenta y cinco años y con la llegada del tranvía se les facilitará aún más el desplazamiento.

No es menos cierto que emprender esta empresa va ha necesitar de importantes recursos y dada la situación económica los recursos son escasos. Pero tomar la decisión de llevar a cabo la obra es acertado ya que la inversión va ha generar actividad y un mayor desarrollo para la ciudad. No es una inversión no productiva. Es una apuesta acertada que tendrá que ser gestionada de forma adecuada con una aspiración que no debe nunca renunciar a ella. Evitar que sea lo menos gravoso para la ciudad es decir para todos. Un trasporte público no debiera ser un lastre para las arcas públicas. Los usuarios son los que deben hacer frente al pago. Subvencionar todos los billetes es una injusticia social que grava también a las rentas más humildes aunque no lo utilicen. Transporte público sí, pero a cualquier precio no.