ECOLOGÍA
RESPETO A LA NATURALEZA
Los esfuerzos que en los
últimos tiempos se hacen, para evitar el cambio climático, son importantes. La
sociedad desarrollada va tomando conciencia de que debemos respetar a la
naturaleza para dejar una buena herencia a las próximas generaciones. Se
trabaja para regenerar todo aquello que el hombre ha deteriorado. Estamos viviendo
en una sociedad en el que el consumo es algo imprescindible para sobre vivir,
pero no estamos respetando la ley de la
naturaleza. Todo ello está llegando a su término. Vamos tomando conciencia de
que hay que cambiar el rumbo. Que corregir los errores es un objetivo
irrenunciable para salvar el medio ambiente y por qué no también para evitar
que el hombre desaparezca de la faz de la tierra.
Durante muchos años nos hemos
dedicado a la agresión convulsa de la naturaleza. Bosques, ríos, mares y un
sinfín de recursos naturales han caído en las “garras” del hombre, que no ha
dudado ni un momento en hacer un uso fraudulento de todos ellos. No habíamos
reparado en que el reciclaje es una alternativa eficiente. Una alternativa que
además genera empleo el cual en estos tiempos es muy necesario. Empleo que por
añadidura es calificado de sostenible.
De igual manera el hacer una
buena pedagogía de un uso responsable del coche es un dato que no se puede pasar
por alto. Las emisiones CO2 han supuesto y suponen un serio problema para la
atmósfera. La contaminación que ha producido la emisión de gases contaminantes
ha desencadenado, según los expertos un daño importante a la capa de ozono.
Algo por lo que debemos estar preocupados y por lo tanto paliar en la medida de
nuestras fuerzas el daño que sea podido realizar.
Los esfuerzos que realicemos
debemos hacerlos todos, formando un gran equipo. Remar en la misma dirección es
necesario para que la empresa tenga el
éxito que de ella se espera. Trabajar en conjunto es la clave. Aunque a veces
existen grietas que se disfrazan de ecológicas. Por ejemplo la desviación de
los cauces de ríos para diseñar un proyecto de ciudad no acata las reglas de
juego que se han establecido. Desviar la dirección de los ríos con el único fin
de adornar una ciudad no encaja en el respeto a la naturaleza. Ejecutar
proyectos modificando la vida de recursos naturales sin otro objetivo que “vestir
de fiesta” una población es un gran
error que las generaciones venideras pueden pagar caro.