Un ejemplo de ello es la labor que se viene desarrollando en el Casco Medieval, germen de la evolución de la ciudad. Es por tanto un espacio que por derecho propio aspira a que esas relaciones sociales se den con mayor intensidad. Esto será muy positivo ya que también podra darse a conocer los origenes de esta tierra. Pedagogía práctica.
Siguiendo esta estela el resto de la ciudad también está tomando la misma senda aunque a otro nivel. Se trata de crear un foro sostenible de relaciones sociales bajo el paraguas medioambiental al que aspira la ciudad.
La lucha contra las máquinas (coche) para que la ocupación en la vía pública sea el menor posible no debe convertir a los promotores y sus más fervientes seguidores en los talibanes de las cuatro ruedas.
Cualquier ciudadano entiende y a la vez es testigo del uso excesivo que se hace del coche, pero a la vez y de igual manera se está percibiendo una persecución casi inquisitorial de su uso.
La falta de tacto o sensibilidad de las autoridades, a la hora de poner en marcha el Plan de Movilidad, dando un protagonismo tal vez excesivo a los defensores de otras formas de moverse por la ciudad, que no son las cuatro ruedas, puede poner en peligro la aceptación del conjunto de la sociedad al Plan.
Los objetivos que se persigue con estas actuaciones son muy loables, pero una mala pedagogía puede hacer saltar por los aires lo que en principio todos estamos de acuerdo.
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