A comienzos del presente ejercicio la FAVA había alertado de que la delincuencia, en sus diferentes vertientes, se estaba incrementando en nuestra ciudad. La disminución de la actividad económica se estaba convirtiendo en un gran problema para todos los ciudadanos. El paro iba camino de ser una lacra social.
Las solicitudes para el pago de prestación por desempleo se estaban convirtiendo en algo habitual, pero lo más preocupante de todo era el aumento de peticiones para las ayudadas sociales (AES). Esto llevaba implícito que un número no menos importante estaba traspasando o había traspasado ya el límite de la pobreza. Veíamos que los hurtos en los comercios de alimentación repuntaban de manera considerable dándonos así una idea de hasta que punto la situación se estaba tornando muy grave. Las familias estaban y siguen estando en un momento dificil.
A todo esto habría que señalar algo positivo y es que la emigración hasta ahora había colaborado de una manera muy importante al crecimiento económico, pero llegado el declive el afrontarlo es más dificil para ellos. La falta de apoyo de la familia ya que se encuentran en sus países y por tanto se ven muy desamparados.
La situación por la que atraviesan en algunos casos están preocupante que se ven obligados a ser protagonistas de violaciones de la ley. Desde FAVA lo condenamos, pero también reclamamos una mayor implicación por parte de las instituciones para que estos hechos no sean habituales.
La policía de nuestra ciudad, desde FAVA, siempre hemos denunciado que el número de sus efectivos no
es suficiente para repeler toda esta avalancha de delincuencia que estamos teneiendo. Las fiestas navideñas están cada vez más cerca y muchos nos tememos que la situación no tiene visos de cambiar por mucha voluntad los agentes pongan de su parte. Sabemos que son unos profesionales ejemplares, pero no solo se depende de su buen hacer. Sus mandos, sobre todo políticos, tienen su papel que desempeñar y no vemos que están a la misma altura.
El concejal delegado de seguridad, señor Bulli, tiene que dar muchas explicaciones a los vitorianos de por qué su departamente no tiene el suficiente peso para priorizar lo que los ciudadanos más demandan por encima incluso del empleo, la seguridad ciudadana. Desde la Federación no entendemos como se dedican muchos recursos a ciertas obras que no demandan los ciudadanos de forma mayoritaria como es el Palacio de las Artes Escénicas y se restan de la seguridad.
Desde FAVA no queremos unos agentes de policía que durante las noches de los fines de semana atraviesen el Casco Histórico con canes y porras en la mano para coartar la libertad de los ciudadanos, en su mayoría jóvenes. Queremos policías cercanos a los ciudadanos. Queremos policía organizada desde los mandos puramente profesionales y por tanto que no sean utilizados para vender sus éxitos como méritos políticos.
La Federación está dispuesta, como siempre lo ha estado, ha continuar colaborando en la medida de nuestras posibilidades aportando iniciativas pra corregir todo aquello que pueda ser objeto de corrección, pero para ello es necesario que su máximo responsable en la seguridad, señor Bulli, baje un peldaño colocándose en la realidad de lo que acontece en la calle.
Las solicitudes para el pago de prestación por desempleo se estaban convirtiendo en algo habitual, pero lo más preocupante de todo era el aumento de peticiones para las ayudadas sociales (AES). Esto llevaba implícito que un número no menos importante estaba traspasando o había traspasado ya el límite de la pobreza. Veíamos que los hurtos en los comercios de alimentación repuntaban de manera considerable dándonos así una idea de hasta que punto la situación se estaba tornando muy grave. Las familias estaban y siguen estando en un momento dificil.
A todo esto habría que señalar algo positivo y es que la emigración hasta ahora había colaborado de una manera muy importante al crecimiento económico, pero llegado el declive el afrontarlo es más dificil para ellos. La falta de apoyo de la familia ya que se encuentran en sus países y por tanto se ven muy desamparados.
La situación por la que atraviesan en algunos casos están preocupante que se ven obligados a ser protagonistas de violaciones de la ley. Desde FAVA lo condenamos, pero también reclamamos una mayor implicación por parte de las instituciones para que estos hechos no sean habituales.
La policía de nuestra ciudad, desde FAVA, siempre hemos denunciado que el número de sus efectivos no
es suficiente para repeler toda esta avalancha de delincuencia que estamos teneiendo. Las fiestas navideñas están cada vez más cerca y muchos nos tememos que la situación no tiene visos de cambiar por mucha voluntad los agentes pongan de su parte. Sabemos que son unos profesionales ejemplares, pero no solo se depende de su buen hacer. Sus mandos, sobre todo políticos, tienen su papel que desempeñar y no vemos que están a la misma altura.
El concejal delegado de seguridad, señor Bulli, tiene que dar muchas explicaciones a los vitorianos de por qué su departamente no tiene el suficiente peso para priorizar lo que los ciudadanos más demandan por encima incluso del empleo, la seguridad ciudadana. Desde la Federación no entendemos como se dedican muchos recursos a ciertas obras que no demandan los ciudadanos de forma mayoritaria como es el Palacio de las Artes Escénicas y se restan de la seguridad.
Desde FAVA no queremos unos agentes de policía que durante las noches de los fines de semana atraviesen el Casco Histórico con canes y porras en la mano para coartar la libertad de los ciudadanos, en su mayoría jóvenes. Queremos policías cercanos a los ciudadanos. Queremos policía organizada desde los mandos puramente profesionales y por tanto que no sean utilizados para vender sus éxitos como méritos políticos.
La Federación está dispuesta, como siempre lo ha estado, ha continuar colaborando en la medida de nuestras posibilidades aportando iniciativas pra corregir todo aquello que pueda ser objeto de corrección, pero para ello es necesario que su máximo responsable en la seguridad, señor Bulli, baje un peldaño colocándose en la realidad de lo que acontece en la calle.
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