domingo, 7 de agosto de 2011

RACIONALIDAD

Como no podía ser de otra manera me solidarizo con el taxista que fue agredido y su familia en los pasados días en nuestra ciudad. Dicho esto no considero de lo más acertado la reacción inmediata del colectivo que optó por paralizar los servicios, aunque fuera de forma simbólica, en señal de protesta. Lo que estimo más acertado es haber buscado complicidad con la ciudadanía y trasladar su preocupación para que todos arropemos al agredido y sienta que la capital está con él y su familia.

Entiendo el malestar que este tipo de incidentes genera, pero reacciones algo viscerales no ayudan mucho a fomentar el sentimiento solidario. La convocatoria de huelga en algunas profesiones ha de ser la última alternativa cuando todos los cauces que se han llevado a cabo se agotan. En este caso los servicios que el gremio del taxi ofrece y máxime en las fiestas de la ciudad es vital. La agresión de la que ha sido objeto el profesional del taxi es repudiable, no existen calificativos suficientes que lo describan de la forma más contundente, pero debemos contextualizar todos los hechos. La racionalidad y la proporcionalidad han de estar en primera línea. Es lo que nos diferencia de los que apuestan por la violencia.

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