lunes, 11 de mayo de 2009

EN ALERTA, VIGILANTES

Una de las primeras decisiones, que debería tomar el recientemente elegido Presidente de la Comunidad Autónoma Vasca, Lopez, es colocar en un lugar visible las banderas de España y de Euskadi en Ajuria Enea.

Dos banderas que representan a todos los ciudadanos y sirven a su vez para homenajear a las víctimas del terrorismo que han muerto por lo que significan estos emblemas.

El Presidente, Patxi Lopez, que se define como el mandatario del cambio, se espera de él que ejerza su trabajo sin complejos y con generosidad, pero sobre todo poniendo en valor todo aquello que en treinta años no se ha llevado a cabo, desde el gobierno, firmeza y contundencia frente al terror y el chantaje.

No hay espacio para la ambiguedad. El fundamentalismo no debe servir como argumento, para no llevar a cabo acciones, como la colocación de las banderas, que por su significado puedan molestar al nacionalismo.

En esta nueva etapa que comienza en el País Vasco debe servir para que los nacionalistas apuesten por la modernización de sus planteamientos, que desde que se fundó el PNV, sus postulados no han variado. Solo así podrán estar en disposición de liderar la Comunidad Vasca.

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