domingo, 26 de diciembre de 2010

MENSAJE

En la época navideña la actividad en muchos de los ámbitos se relaja. La sociedad toma un respiro y trata de reponer fuerzas para afrontar el futuro con mayores energías. Las noticias que emiten los medios también sufren el parón navideño, pero a pesar de ello existe un comunicado que no desaparece. Al contrario emerge con mayor fuerza en épocas como las que estamos atravesando de importante crisis. El discurso de felicitación del Jefe del Estado. Un mensaje que es ya una tradición que cada año va tomando una mayor relevancia. Se trata del balance añual que desarrolla el rey con la independencia que le caracteriza y tiene acreditada. Este año que está a punto de espirar ha resultado, en palabras del Rey muy dificil. Un año en el que el paro ha sido la estrella de la cotidianeidad. Se ha colado por la rendija de los hogares,coinvirtiéndose en el verdadero protagonista. La crisis económica ha superado a todas las preocupaciones de los ciudadanos. El terrorismo, a pesar de la gravedad que conlleva, ha pasado a un segundo plano.  Las primeras palabras del monarca fueron para los parados, para los miles de hogares que están perdiendo la esperanza en el futuro. También ha sentido una especial sensibilidad hacia los pilares futuros de la nación, que son los jóvenes, para los que reclama trabajo. No una cobertura social de desempleo. Trabajo, trabajo y trabajo. Al contrario que el gobierno de Zapatero, D. Juan Carlos apuesta por una juventud dinámica trabajadora y no sumisa a un subsidio que es sinónimo de servilismo y parálisis. Sin duda una parte de la crisis está originada por otra crisis, la de valores. Algo de lo que también se hizo eco el Rey. Debemos recuperar los valores por los que se reconoce a España. Sacrificio, honradez, trabajo y solidaridad. Que son los aliados para vencer cualquier contra tiempo por fuerte que sea. Reclamó la unión de todos, aunque dadas las fechas hubiera sido más acertado reclamar la comunión de todos . Algo obvio, pero dificil de llevar a cabo. El propio Presidente Zapatero afirmaba que se veía imposibilitado de llegar a consensos con la oposición. Sus diferencias ideológicas se lo impedían. Una dificultad más que para algunos es el equivalente a su incapacidad de gobernar una nación. Acierta el rey cuando demanda sumar. Es consciente de que la suma es siempre positiva para la superación de grandes retos. Es la principal bandera que garantiza conseguir objetivos. Es la fórmula idónea para dejar atrás esta crisis, aunque es algo utópico en la actualidad. Con un gobierno sectario que trata de aplicar recetas puramente ideológicas es dificil reconducir la situación. Otra de las fases del discurso fue el recordar que se necesita recuperar la productividad. Un toque de atención claro hacia la función pública de este país. El grueso funcionarial se ha demostrado que es una dura carga para el estado de las autonomías y por tanto hay que corregir. Los funcionarios han pasado ha ser objeto de grandes críticas ya que han sido contaminados por la irrupción de la política en su seno. El sector público se ha convertido en la "casa" de los apesebrados, la empresa de la colocación "dedal" al más puro estilo comunista, pero en la sociedad democrática. Es un nuevo cancer que debe ser operado con urgencia. Hemos salido en el pasado de situaciones muy complicadas. Los españoles somos gentes con un carácter que nos hace diferentes. Las experiencias anteriores deben ser aprovechadas para resurgir de nuevo. Aunque en el camino haya barreras dificiles de superar como es nuestro actual gobierno. Preso de su parálisis programática que está prolongando la ya duradera enfermedad que nos mantiene exhaustos.  

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