miércoles, 6 de octubre de 2010

EL CHIVATO

Tal vez el título no sea políticamente correcto, pero es la denominación más clara y entendible que se podría deducir del teléfono que el Ayuntamiento facilita para las denuncias de personas defraudadoras de las ayudas sociales. También podríamos decir que el teléfono significa el reconocimiento de la incapacidad de la administración de realizar las funciones de vigilancia y control que le corresponden. Los ciudadanos en el siglo XXI no pueden suplir la labor que le corresponde realizar a los representates políticos que todos hemos elegido.

Un ciudadano no puede convertirse en el delator de su vecino. Un ciudadano paga religiosamente sus impuestos para que se le de respuesta a sus necesidades. Un ciudadano trabaja para que los hombres y mujeres que ha elegido en las urnas desarrollen una tarea que sirva para mejorar a la sociedad.

El mecanismno puesto a disposición de la ciudadanía para denunciar posibles fraudes sociales se asemeja al comisariado político de los países comunistas. La respuesta al malestar ciudadano por la percepción que se tiene de un creciente fraude a las arcas públicas por el cobro de las AES no debe hacer perder la perspectiva al Gabinete Lazcoz. No debería hacer recaer la responsabilidad de control de ese presunto fraude en la ciudadanía ya que estaría haciendo dejación en sus funciones.
La solidaridad de las arcas públicas se están convirtiendo en motivo de conflicto ciudadano ya que las cuantías adjudicadas, en algunos casos, son más que generosas.

Todos entendemos que la sociedad tiene el deber y la obligación de ayudar a las personas que pasan importantes dificultades, pero no deben convertirse las ayudas en una forma de vivvir. Además un Ayuntamiento como Vitoria no puede mantener un nivel de solidaridad que le ha llevado a emplear tantos recursos, en ayudas sociales, el pasado año, que la Comunidad Autónoma de Madrid. 53 millones de euros mientras Madrid empleaba 54 millones de euros.

Sería interesante de igual manera que dispondría, el Consistorio, un mecanísmo para las denuncias de los ciudadanos en cuanto a la labor de los propios dirigentes políticos. Algo que sería un tanto esperpéntico y a la vez utópico. Hay que ser serios y no tomar el pelo a la ciudadanía. Esta clase de iniciativas solo dejan clara una cosa el agotamiento de ideas e iniciativas de un gobierno municipal en claro declive.

No hay comentarios: