miércoles, 27 de octubre de 2010

VERDE

El premio otorgado a nuestra ciudad, Vitoria, es o debería ser un orgullo para todos los vecinos de la capital. Al margen de las críticas fáciles hacia los políticos que gobiernan la ciudad, el galardón que nos han concedido, por méritos propios, confirma la filosofía que tiene la ciudad y las personas que viven en ella. Una filosofía que apuesta por conservar lo natural, conservar lo original, conservar un lugar donde el ser humano y la naturaleza puedan convivir sin molestarse unos a otra.

El premio European Green Capital no cabe duda que es una gran oportunidad de negocio para Vitoria. Es una gran inyección económica de una envergadura considerable, pero más allá de lo puramente económico está lo que verdaderamente cuantitativo socialmente y que deberíamos poner en valor y que no es otra cosa que las personas. Los ciudadanos de Vitoria vamos ha ser admirados y por que no, envidiados de forma sana por otras personas que residen más allá de nuestras fronteras. Seremos tomados como ejemplo de una labor dura, pero exisitosa como es contribuir a conservar el medio ambiente. Aunque queda todavía mucho por hacer.

No sería del todo justo no colocar en el lugar que se merecen a los políticos locales. Más allá de las correcciones, como he señalado anteriormente, que todos haríamos a la clase política es justo añadir que ellos, todos, sin distinción del color político, han sido los impulsores los valedores para llevar a cabo esta tarea de conservación de la naturaleza. Han sabido interpretar lo que los ciudadanos estabamos demamdando. Han creído en un proyecto de todos para todos. Han gestionado los recursos públicos de una forma acertada con unos resultados de todos conocidos. Somos la Capital Europea por excelencia donde el hombre y la naturaleza caminan en la misma dirección.

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