lunes, 25 de julio de 2011

RESPETO Y COLABORACION

El crecimiento económico, en los últimos años, ha requerido de numerosa mano de obra. Nuestro país no tenía los recursos humanos necesarios para absorber la demanda de personal. Para poder paliar el déficit de trabajadores hemos recurrido a la emigración la cual, ha experimentado un incremento muy notable. Han acudido al "calor" de la demanda laboral ciudadanos de numerosas nacionalidades con sus diversas particularidades, sus culturas. Unas culturas diferentes, con una visión diferente de hacer frente a los retos cotidianos. Con unas costumbres que observamos en algunos casos desconocidas, pero que debemos tener en cuenta. Un sector de la población autóctono se ha mostrado escéptico y no ha desarrollado de forma adecuada asimilar que en un mundo globalizado existen diversas formas de llevar a cabo un proyecto de vida diferente respetando todos los demás. Para que se vayan rompiendo barreras o tabús fruto del desconocimiento de las cuantiosas culturas existentes en nuestro país todos debemos esforzarnos.

Impulsar proyectos encaminados a dar ha conocer las numerosas sensibilidades culturales sería un objetivo de indiscutible valor. Conocer cómo viven los emigrantes entre nosotros es un instrumento vital para desarrollar programas encaminados a la integración social. A veces surgen dificultades debido a ciertas limitaciones para entender el proceder o el comportamiento de una parte de la emigración. Llevamos a extremos preocupantes la falta de comprensión hacia nuestros "visitantes". La reacción de estos es defenderse levantando barreras y para ello tienden a formar guetos. Algo que es perjudicial para todos. El aislamiento es el enemigo número uno de la integración.

Nuestra ciudad ha sido muy respetuosa con todas aquellas personas que por diferentes causas han recabado en esta tierra. A Vitoria se la conoce como la capital de la acogida por excelencia. Más de un 10% de nuestra población son ciudadanos venidos de otras tierras. Lo cual da una idea de la capacidad que tenemos de dar acogida a todas aquellas personas que eligen nuestra ciudad para mejorar su futuro. Han llegado, algunos de ellos, de tierras muy lejanas, desde las antípodas, en condiciones difíciles, poniendo en riesgo su vida. Algo que dice bien a las claras de la necesidad de mejorar su porvenir. Caminemos juntos todos saldremos ganando.

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