Desde la sensatez y el agradecimiento se trata de realzar la figura del abuelo. Por eso recordar al menos un día al año a los mayores es de justicia. En un mundo globalizado en el que apenas se tiene tiempo para tener unas relaciones familiares suficientes y satisfactorias el abuelo emerge con gran fuerza. Hoy en día son pocas las familias que renuncian o se resisten, por cualquier circunstancia, a que los abuelos desempeñen un papel fundamental en el seno familiar.
Llevan y traen a sus nietos del colegio. Les ayudan a veces en sus tareas, pero sobre todo les dan cariño. Les miman, les consienten cosas que a sus hijos jamás les hubieran consentido, les riñen también a veces, pero con amor. Les leen cuentos, les cuentan historias que les hacen vibrar y les dan felicidad. Se preocupan cuando algún catarrillo les ataca. Se emocionan cuando su nieto por primera vez les dice “yayo”. Su primer cumpleaños y su primera comunión son dos fechas imborrables.
En resumen nuestros abuelos son la verdadera esencia de nuestra vida. Sin ellos esta sociedad se encontraría huérfana, sin referentes humanos. El abuelo fomenta y refuerza una institución que hoy parece cuestionada, pero que es la base de la humanidad, la familia. Desde aquí quiero sumarme al gran homenaje que les debemos a nuestros abuelos, es una deuda que jamás podré liquidar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario