domingo, 5 de febrero de 2012

CULTURA

Hemos conocido que en nuestra ciudad existen personajes anónimos que nos llenan de orgullo y a los que debemos admirar. El señor Juan José Poyo acaba de donar a la ciudad una inmensa biblioteca con más de 23.000 volúmenes. Una herencia de incalculable valor cultural que seguro servirá para reforzar y ampliar los conocimientos de toda la sociedad. Realmente lo que el señor Poyo ha hecho con su generosidad es regalar a todos unos conocimientos que nos ayudarán y facilitarán nuevos caminos en el trayecto del conocimiento. Tendremos así más posibilidades de mejorar nuestra situación personal y profesional. Todas las soluciones se hallan contenidas en los libros. Es una frase que en más de una ocasión he oído y además he comprobado que es una realidad.

En una sociedad en la que la crisis por la que atravesamos nos tiene confundidos y a veces con un obtimismo bajo mínimos este episodio que ha protagonizado el señor Poyo es realmente un gran revulsivo. Regalar el patrimonio de toda una vida y además un patrimonio de estas características es regalar futuro. Es realmente ejemplarizante como todavía existen personajes que aman los libros hasta el punto de que han sido el eje principal de su vida.

Debemos extraer una reflexión de todo esto. Las nuevas tecnologías son un instrumento importante para el conocimiento, pero los libros llegan más allá. Un libro es un tesoro que además no necesita de ninguna energía para ponerse en marcha. Solo de la voluntad de quién tiene la virtud de brir su páginas y descubrir su interior.

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