jueves, 18 de junio de 2009

NECESIDADES HOSPITALARIAS DE ALAVA

En los últimos años las manifestaciones de preocupación de una parte de la ciudadanía alavesa por la falta de respuesta inmediata de su sistema sanitario a determinadas necesidades planteadas por éstos han ido en aumento.

El Servicio Vasco de Salud ha hablado de múltiples factores que influyen en esta respuesta sanitaria, entre los que ha hecho especial hincapié en el envejecimiento de la población, con el consiguiente incremento de las enfermedades crónicas, degenerativas y neoplásicas y el aumento de la demanda y de la frecuentación entre otros. Por otra parte, ha defendido que, a pesar de ello, su respuesta se halla dentro de unos parámetros absolutamente asumibles, máxime si se comparan con los del resto del Estado.

Como contrapartida a estas explicaciones de Osakidetza y de la Consejería de Sanidad, los sindicatos han denunciado en más de una ocasión una sobrecarga de trabajo del personal, con un déficit del mismo y un escaso número de camas hospitalarias, más acusado en determinados momentos –verano, Navidad, situaciones epidémicas previsibles como la gripe…-.

Una parte de la ciudadanía ha entendido que “la solución” a las esperas se halla en la creación de un nuevo centro hospitalario y alzando la voz públicamente ha encontrado eco en los momentos preelectorales en los representantes de los diversos partidos políticos, que han querido acercarse a la población incorporando, primero la demanda y luego la promesa de ese llamado tercer hospital, aunque sin definir ni qué tipo de hospital ni si las necesidades son de camas de agudos, de media y larga estancia o de camas sociosanitarias.

Ante esta situación, el Consejo Social del Municipio de Vitoria-Gasteiz ha creído conveniente analizar el tema y debatirlo en su seno, para contribuir con su opinión con las autoridades municipales. Todo ello partiendo de un análisis tanto bibliográfico como de los distintos datos asistenciales de los últimos quince años en Álava.

No le cabe duda a este Consejo que la demanda popular sin más base que la intuitiva puede ser motivo suficiente para que se acometa la construcción de un hospital o de cualquier otra infraestructura, pero entiende que las necesidades de los ciudadanos deben encontrar la respuesta en estudios serios, que favorezcan que ésta sea lo más adecuada posible, tanto por eficacia como por eficiencia. En caso contrario, ni la necesidad de éste, ni su tipo, ni el número ni el tipo de las camas a crear se harían visibles y no tendrían más sustento que la subjetividad de quien tomara la decisión.

Otra forma de valorar esa necesidad se basaría en la referencia que hacen al respecto organismos solventes, como la OMS. Según ésta, el número adecuado de camas hospitalarias es de 8-10 camas/ 1.000 habitantes, cuando el País Vasco dispone de 3,85 por mil, cifra distante de las recomendaciones del mencionado organismo y muy similar a la del territorio histórico de Álava.

Si la valoración la hiciéramos por comparación con los parámetros de nuestro entorno, vemos que nos encontramos en tercer lugar con respecto al resto de CC.AA.; sin embargo en comparación a la Europa de los 27, ocupamos los últimos lugares.

No obstante, este dato de camas/1000 hab no puede analizarse en solitario, sino que debe hacerse de manera conjunta con el de profesionales, pues por muchas camas que existan, si faltan quienes deben atenderlas, el problema seguirá existiendo.

Lo más lógico es pues hacer un estudio de las necesidades de ambos indicadores -camas y profesionales- y adecuar estos medios a sus resultados en la medida de lo posible.

Este estudio de necesidades deberá tener en cuenta, al menos:

El estado de salud de la población alavesa.
El análisis de la utilización del sistema sanitario.
El análisis de la plantilla existente, de la necesaria y de la posible.
El estado actual del conocimiento médico, en cuanto a aquellos procedimientos o técnicas nuevas que puedan incidir de una manera u otra sobre las necesidades sanitarias.

Del análisis de los datos analizados extraemos los siguientes:

Desde la creación del H. de Txagorritxu en 1978, su número de camas ha disminuido ±36%, mientras que la población se ha incrementado en un 26% en ese período
En los últimos 15 años los dos hospitales generales de la ciudad (Txagorritxu y Santiago) han disminuido el número de sus camas en ±26%, mientras que el crecimiento de la población ha sido de un ±11%
Las camas de media y larga estancia no han sufrido una variación digna de ser tenida en cuenta.
Han sufrido un incremento importante en número:
o Las consultas, tanto de especializada como de atención primaria
o Las urgencias hospitalarias, que reflejan una clara mala utilización de las mismas.
o La actividad quirúrgica
o Los partos
o Los ingresos hospitalarios
o Las patologías crónicas
o Las necesidades de cuidados paliativos

Aunque una primera lectura de estos datos puede inducir a pensar que el crecimiento de necesidades en número de camas debería ser paralelo al incremento de la actividad registrada, esto no es correcto, pues deben tenerse en cuenta los mencionados cambios en cuanto a procedimientos o técnicas médicas nuevas:

Unos que han permitido que la estancia media de los pacientes ingresados haya disminuido de una manera considerable.
o Nuevos tratamientos médicos
o Nuevas técnicas quirúrgicas, que permiten:
♣ Cirugía mayor ambulatoria
♣ Unidades de corta estancia
♣ Cirugía menor en centros de salud
Otros que han introducido un nuevo concepto:
o Hospitalización a domicilio

Es de la conjugación de los datos de frecuentación, nuevas técnicas y número de profesionales de donde se deben extraer las conclusiones en cuanto a las necesidades de camas hospitalarias.

Y es del análisis de las patologías a tratar de donde se debe concluir que este número global hay que separarlo en tres grupos:

Necesidades de camas de agudos (corta estancia)
Necesidades de camas de crónicos (media y larga estancia)
Necesidades de camas sociosanitarias, que hacen referencia a aquellos pacientes que, pudiendo ser dados de alta hospitalaria, permanecen ingresados por sus particulares condiciones sociales, que hacen inviable el mantenimiento de sus cuidados en domicilio durante el período de convalecencia.

Hemos podido constatar que Osakidetza realiza estudios proyectivos (previsiones a futuro) en cuanto al nº de ingresos y de cualquier otro dato hospitalario y no han detectado la necesidad de aumentar el número de camas ni de construir un nuevo hospital. La pregunta es: si son correctos ¿por qué no se van solventando los problemas que han dado origen a la polémica suscitada sobre este tema?

A la vista de los datos, este Consejo entiende que el número de camas de las que se ha prescindido durante estos años ha sido excesivo y está convencido de que la mezcla de pacientes agudos con crónicos y, en ocasiones, con sociosanitarios no es buena ni para la asistencia ni para el sistema, ni resulta eficiente. Está claro que el precio de una cama de agudos es superior al de una cama en un hospital de crónicos y ésta a su vez lo es más que una cama sociosanitaria.

Se piensa que es necesario un estudio serio e independiente, que previsiblemente concluirá la necesidad de un hospital de media y larga estancia. La ubicación de estos enfermos en una estructura hospitalaria diferenciada aliviaría a los hospitales de agudos existentes y liberaría camas, pero también se cree que seguramente este hospital no descongestionaría lo suficiente a los hospitales de agudos.

Si esto así se demostrara, sería el momento de plantearse hablar de un incremento de camas de agudos, que bien podría hacerse desde la construcción de un nuevo segundo hospital de agudos, en lugar de seguir parcheando los ya existentes, hecho que permitiría a la ciudad de Vitoria-Gasteiz disponer de un auténtico hospital del siglo XXI y que se podría aprovechar para subsanar actuales déficits asistenciales como los que hacen referencia a los cuidados paliativos entre otros. Sería también el momento de analizar la posible conveniencia de su proximidad al de media y larga estancia.

Sin olvidar que la media-larga estancia que requiere el espacio sociosanitario debe ser cubierta desde estructuras propias

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