Desde la Federación de Asociaciones de Vecinos de Álava (FAVA) consideramos que la fiesta de inauguración que el Ayuntamiento de Vitoria ha preparado para este fin de semana en las calles del denominado “Proyecto Alhóndiga” es un gasto perfectamente prescindible en estos momentos que vive nuestra ciudad. Los miembros de FAVA no creemos que haya ninguna justificación de peso para malgastar muchos recursos del erario público en fastos innecesarios, sobre todo cuando la situación económica de nuestro Ayuntamiento es tan preocupante y que incluso el proyecto de Presupuesto para 2010 vaya a sufrir el mayor tijeretazo de la historia de la democracia.
FAVA quiere dejar claro que no está en contra de la mejora de cualquier calle de la ciudad, pero denuncia todas aquellas actuaciones que sean lesivas para los intereses de los ciudadanos. Desde el principio hemos defendido que el llamado “Proyecto Alhóndiga” no tiene ninguna vertiente real de apoyo al comercio, sino que se trata de un simple plan de reforma y modernización de algunas calles que siempre han estado muy vinculadas al comercio minorista. Ahora para tapar estas carencias, el gobierno municipal aprovecha el fin de las obras para hacer una fiesta de inauguración, de la cual ni siquiera sabemos el coste exacto que va a tener, pero sí sabemos que invertir dicha cantidad en programas de creación de empleo y apoyo real al comercio minorista vitoriano sería más beneficioso para todos.
Todos los ciudadanos de Vitoria-Gasteiz estamos sufriendo y padeciendo el aumento del paro de una forma muy importante y a la vez, un incremento sustancial en las tasas e impuestos de todo tipo, mientras asistimos a una pésima gestión de los recursos públicos. Creemos que esta fiesta innecesaria también puede llegar a ser el germen de agravios comparativos con respecto a otras zonas de la ciudad, además de ser la prueba clara y contundente de que las prioridades de quien nos gobierna están muy lejos de la realidad cotidiana.
En resumen FAVA ve con mucha preocupación que desde el Ayuntamiento se gobierna dando la espalda a las demandas ciudadanas y que los responsables de dirigir el futuro de esta ciudad están perdiendo el sentido de la proporción a la hora de inaugurar y malgastar el dinero de todos. Algo que previsiblemente nos hará caer aún más en la dinámica de crisis de los ingresos públicos y de aumento de impuestos municipales, lo que es justo lo contrario de lo que necesitamos para volver al crecimiento y la racionalización de la economía local.
FAVA quiere dejar claro que no está en contra de la mejora de cualquier calle de la ciudad, pero denuncia todas aquellas actuaciones que sean lesivas para los intereses de los ciudadanos. Desde el principio hemos defendido que el llamado “Proyecto Alhóndiga” no tiene ninguna vertiente real de apoyo al comercio, sino que se trata de un simple plan de reforma y modernización de algunas calles que siempre han estado muy vinculadas al comercio minorista. Ahora para tapar estas carencias, el gobierno municipal aprovecha el fin de las obras para hacer una fiesta de inauguración, de la cual ni siquiera sabemos el coste exacto que va a tener, pero sí sabemos que invertir dicha cantidad en programas de creación de empleo y apoyo real al comercio minorista vitoriano sería más beneficioso para todos.
Todos los ciudadanos de Vitoria-Gasteiz estamos sufriendo y padeciendo el aumento del paro de una forma muy importante y a la vez, un incremento sustancial en las tasas e impuestos de todo tipo, mientras asistimos a una pésima gestión de los recursos públicos. Creemos que esta fiesta innecesaria también puede llegar a ser el germen de agravios comparativos con respecto a otras zonas de la ciudad, además de ser la prueba clara y contundente de que las prioridades de quien nos gobierna están muy lejos de la realidad cotidiana.
En resumen FAVA ve con mucha preocupación que desde el Ayuntamiento se gobierna dando la espalda a las demandas ciudadanas y que los responsables de dirigir el futuro de esta ciudad están perdiendo el sentido de la proporción a la hora de inaugurar y malgastar el dinero de todos. Algo que previsiblemente nos hará caer aún más en la dinámica de crisis de los ingresos públicos y de aumento de impuestos municipales, lo que es justo lo contrario de lo que necesitamos para volver al crecimiento y la racionalización de la economía local.
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