jueves, 11 de febrero de 2010

LOCALES NOCTURNOS

En primer lugar hay que señalar que el descanso está por encima de cualquier tipo de actividad que pueda impedirlo. Y el ruido provoca serios problemas de salud a los ciudadanos
No se si modificar el horario de cierre resolverá problemas de convivencia entre los vecinos, pero no es muy lógico que desde el Gobierno Autonómico se imponga un decreto ya que cada pueblo o ciudad tiene sus particularidades.

También cada zona de la ciudad tiene las suyas. En este caso el Casco Viejo, de Vitoria, es una zona donde se concentra una gran parte de jóvenes que durante los fines de semana se convierten clientes potenciales de la hostelería. Lo que significa que los vecinos tienen que aguantar y aguantan desde hace mucho tiempo las concentraciones masivas de personas. Es por tanto imprescindible una actuación de la administración contundente para todos aquellos locales que no respeten la legalidad lo hagan.

También hay que empezar a delimitar zonas de la ciudad para declararlas Zonas Acústicamente Saturadas para así tener una más acentuada vigilancia. Es decir elaborar un mapa de ruidos en la ciudad. Podría ser una solución más correcta que la propia limitación de horarios ya que de esta manera sería un primer paso para resolver el problema. Aunque sería importante señalar que esto del mapa de ruidos es algo que deben hacer las ciudades de hasta 250.000 habitantes antes del 2012. Por ejemplo ciudades como Albacete están dando los primeros pasos y han habilitado partidas presupuestarias de 24.000 euros para cumplir con la ley.

En cuanto a las sanciones tendrá que tener la administración mano izquierda y castigar a los locales que incumplan la ley como primera seria advertencia haciéndoles cerrar alguna hora antes de lo establecido por un tiempo determinado y si no cumple ese cierre anticipado sancionar económicamente de manera importante. Es algo que no está muy arraigado en la administración esto de las sanciones por una cuestión, no existe mucha vigilancia policial en nuestra ciudad y esto es una asignatura pendiente que tenemos en Vitoria.

La labor de la Policía debe consistir en la vigilancia de ruidos en horas de descanso además controlar el volumen alto de la voz humana o la actividad directa de las personas. Un ejemplo de este alto volumen de voz en horas de descanso y su correspondiente sanción lo hallamos en Denia donde dos hombres fueron sancionados por hablar en un tono alto. La sanción consistió en 100 euros y si vuelven a reincidir será de 600. Aunque es un caso extremo, pero exciten otros como en Toledo donde el dueño de un bar fue condenado a un año y medio de prisión por violar continuamente la legalidad en cuanto a ruidos. Unos ruidos que generaron a los vecinos cercanos al bar un trastorno adaptativo con ansiedad crónico.

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