domingo, 25 de septiembre de 2011

LOS LÍDERES MUSULMANES CONSIDERAN INNECESARIA LA MEZQUITA DE ZARAMAGA

CRONOLOGÍA
Mayo. Zaramaga rechaza la apertura de una mezquita en Martín Olave, tema que entra en el debate electoral.
Junio. Arrojan sangre y carne de cerdo en el local, que posee licencia de obra desde marzo.
Julio. Aparecen pintadas racistas en la fachada de la lonja, cuya ubicación no tiene el visto bueno del alcalde ni de 2.000 vecinos.
Agosto. El Gabinete Maroto se reúne con diferentes colectivos y ofrece llevar la mezquita al viejo vestuario de La Vitoriana.
Septiembre. El barrio no acepta la nueva ubicación y el regidor pide un mes de plazo para tomar una decisión al respecto. .La capital alavesa debate desde hace ya cinco meses sobre la apertura de una mezquita en el barrio de Zaramaga, un asunto que lejos de cerrarse suma nuevas opiniones cada cierto tiempo. En esta ocasión, han sido los líderes de la comunidad musulmana en Vitoria quienes han querido explicar a EL CORREO su postura sobre este proyecto. «Ahora mismo no es necesario», resumen mientras piden a los promotores del templo de la calle Martín Olave, la asociación cultural de paquistaníes en la ciudad, que «recapaciten» y se den unos meses de «reflexión» antes de arrancar la polémica obra.
Los impulsores de este nuevo espacio de culto podrían empezar los trabajos de acondicionamiento de la lonja la próxima semana, aunque no sería la primera vez que los retrasan ante el malestar vecinal. De hecho, poseen licencia de obra desde marzo y la lonja permanece casi con el mismo aspecto que cuando se hicieron con ella. Sin embargo, al parecer, su adquisición tenía un fin muy diferente. «Querían hacer una carnicería, pero uno de ellos tuvo un problema personal conmigo y entonces, como venganza, decidieron abrir una mezquita», explica Iftehar Ahmed, presidente del colectivo paquistaní en Vitoria, quien incluso ha puesto su cargo a disposición de los responsables del proyecto «para acabar con este capricho».
Mohamed Bahi, de la asociación sociocultural Alhouda, Fuyçal Hiret, representante del Consejo Musulmán Vasco -colaborador en la redacción de la ley vasca de libertad de culto-, y Muhammad Yousaf, imán del templo de la calle Tenerías, coinciden en el origen de la polémica y temen que la tensión vivida en Zaramaga «salpique» al resto de su comunidad. «Están jugando con fuego y nosotros no queremos confrontación ni que se creen guetos. Hemos venido a trabajar y nuestros hijos han nacido aquí», defienden estos hombres que, en su mayoría, llevan en torno a dos décadas en la capital vasca. Sus argumentos han llegado también a oídos de los impulsores de la mezquita, la novena que acogería Vitoria. «Hemos tenido unas 25 reuniones. Decían que estaban de acuerdo con lo que habíamos hablado, y luego cambiaban de idea y decían que no. No hacen caso a nadie», comenta Iftehar.
«Son una minoría»
El imán del templo de la calle Tenerías les ha explicado más de una vez que entre sus paredes caben de 700 a 800 personas y que, además, se encuentra «bastante cerca» del local previsto en Zaramaga y al que el Gabinete Maroto ha ofrecido una alternativa -también rechazada por los vecinos- en el antiguo vestuario de los campos de fútbol de La Vitoriana. «No nos oponemos a que se abran más mezquitas pero decimos que ésta no es ahora necesaria», recalcan casi al unísono estos representantes de diferentes lugares de culto al Islam de Vitoria. Los paquistaníes que desean levantar el nuevo espacio son «una minoría y deben estar movidos por alguien que no sabemos quién es», añaden.
Por ello, los líderes de esta comunidad con más de 8.000 fieles en la capital vasca recomiendan mirar «a las 2.000 personas que han firmado en contra de esa mezquita y no a las cuatro que quieren abrirla». A estos últimos ciudadanos les solicitan también que ayuden a «calmar los ánimos» y «razonen si de verdad es una necesidad» su apertura.

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