domingo, 22 de enero de 2012

ORGANIZACIÓN

ORGANIZACIÓN
Gastar menos de lo que se recauda debería ser algo natural que las diferentes administraciones deberían haber tenido como eje central de sus actuaciones. La situación dificil económicamente en la que nos hallamos está haciendo que la clase política comience ha desarrollar la estrategia de cualquier familia. Consumen, invierten o emplean recursos con arreglo a los que disponen.

El equilibrio de las cuentas públicas va ha suponer un duro golpe para toda la sociedad. Tanto para quienes tienen la responsabilidad para ejecutarlas y en mayor medida para quienes van ha sufrir las consecuencias. Los recortes que las instituciones van ha tener que llevar a cabo son extrairdinariamente necesarios. Se ha gestionado tan deficientemente durante el pasado que corregirlo va ha ser una empresa muy dificil y que va ha tener consecuencias dificilmente calculables. La propuesta de ley para sancionar a los responsables políticos que empleen los recursos públicos sin la responsabilidad que se exige su labor es una medida acertada.

Nuestro país tiene por delante un año para emerger de la profundidad de la crisis y cumplir con el objetivo de déficit. Para ello ha de demostrar que tiene capacidad para llevarlo a cabo lo cual significarcará que somos creíbles y devolverá la credibilidad a los mercados. Las numerosas instituciones que elaboran presupuestos han de ser rigurosas y disciplinadas. Pero hay una norma no escrita que debe aplicarse.

Dar ejemplo con el ejemplo. Los políticos que están al frente de las administraciones deben ser los primeros en regular sus honorarios. Ya no exite ningún argumento de solvencia que sirva para aplazar el recorte de los recursos que se dedican a las nóminas de los responsables políticos. No puede mantenerse sueldos iguales o muy parecidos que se tenían antes del estallido de la crisis. Lo que se debe de hacer es adecuarlos a la producción que es igual que decir con arreglo a los ingresos. El cinturon lo debemos de apretar todos y cada uno de los ciudadanos, pero quien aplica las rebajas debe saber que no se debe de excluir. De lo contrario estará timando y estafando a la sociedad.

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