PRIORIDADES

PRIORIDADES
Los ajustes presupuestarios, que son realmente necesarios debido a la preocupante situación económica, suelen acarrear malestar generalizado enrtre la ciudadanía. No por el control del presupuesto, que es obligado hacerlo y del que todos estamos de acuerdo, si no las prioridades que se establecen para llevar a cabo el "tijeretazo". En un contexto tan complicado quien en mayor medida siente el azote de la crisis es el sector de la población más desprotegido. Dentro de este sector hay uno que sufre en silencio y con la única esperanza puesta en la generosidad del primer mundo. Son los emigrantes. No estoy refiriendome a que estos nuevos vecinos tengan un mejor trato por parte de la admistración. Me refiero a las familias que dejaron en sus respectivos países y que nuestro Ayuntamiento atendía por medio de los Planes de Cooperación al Desarrollo. La solidaridad de los vitorianos ha sido la bandera y el orgullo de la ciudad y que a pesar de la grave situación debe mantener.

En los últimos días ha habido cierto desaliento entre colectivos vinculados sobre todo a la colaboración con países que necesitan de nuestra generosidad debido a los recortes presupuestarios. Recortar en tres millones de euros la solidaridad no es baladí y los responsables públicos deberían meditar de manera más tranquila y pausada la disminución de la partida dedicada a la solidaridad.

Todo mandatario cuando debe atender situaciones de contrastada dificultad se puede desorientar transitoriamente debido a la cruda realidad. Necesita en ocasiones confundir prioridades para a continuación reaccionar tan satisfactoriamente que es dificil mejorar sus decisiones. Es posiblemente lo que ocurre en nuestra ciudad. La herencia que el Gobierno de la ciudad ha recibido con unas arcas tan "llenas de humo" es muy complicado que desde el primer instante se reconducca la situción de forma correcta.

La contención y reordenamiento del gasto es la mayor prioridad, pero también es prioritario salvaguardar la solidaridad que en definitiva es proteger a las personas. Son estas mismas personas las que en el futuro colaboren de forma activa e importante a la sostenibilidad de la sociedad. Primero la solidaridad y después lo demás.