miércoles, 5 de enero de 2011

DESCONCIERTO

DESCONCIERTOLa próxima y presumible retirada de subsidios, correspondientes a las ayudas sociales, han vuelto ha poner de relieve dos debilidades de las administraciones. Las limitaciones para el control de las ayudas y la falta de coordinación entre las instituciones. El examen que ha puesto en marcha el Gobierno Vasco lo acredita. Mediante un simple cruce de datos, para comprobar el cumplimiento, de los requisitos y poder tener acceso al cobro de ayudas, el ejecutivo ha roto con la relajación que han tenido, algunas administraciones. Ha cumplido con el compromiso de velar por los intereses de los ciudadanos. El desconcierto que ha generado en el departamento de asuntos sociales del Ayuntamiento de Vitoria, pone de manifiesto la dudosa eficacia de su máximo responsable. No se entiende que las condiciones que se exigen para percibir ayudas sociales no estén siendo comprobadas con una periocidad casi constante. El gran malestar que se ha generado entre la ciudadanía, en este capítulo, es un buen argumento para la revisión. Existe, en el seno de la sociedad, una percepción de que el fraude está siendo una generalidad. Una percepción derivada de la falta de confianza en la gestión. Es de total trascendencia el realizar una inspección rigurosa para disolver las dudas que puedan existir respecto a los engaños. Sobra la demagogia que se practica desde la política de bajo nivel, en un asunto tan dificil de administrar. Hace falta ver y escuchar a la ciudadanía. Está en juego el futuro de personas vulnerables, necesitadas del apoyo de la sociedad. Es hora de poner en valor la experiencia que este Ayuntamiento se ha fraguado a lo largo de un largo período de tiempo. Retos difíciles requieren respuestas contundentes y certeras, pero para ello se necesita trabajar y estar comprometidos con la sociedad. Unas valores que escasean en el gobierno de esta ciudad.

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