sábado, 8 de enero de 2011

PRESUPUESTOS

Los presupuestos generales del estado, recientemente aprobados, cuando comenzamos ha sumergirnos en ellos nos encontramos con muchas sorpresas. Sorpresas que si no fueran que se llevan a cabo con el dinero de todos las tomaríamos a broma. Las subvenciones que dedicamos al cine son de lo más peculiares. Se emplea dinero público para la realización de algunas películas que nunca llegan a ser estrenadas.

El presente ejercicio parece seguir la misma trayectoria. Animal Chanel, cinta que desconocemos y que por su título poco o nada va ha aportar a nuestro cine ha sido subvencionada con 33.000 euros. Teta Asustada, título que por sí solo da una idea de la "calidad del film" ha sido agraciada con una suculenta partida presupuestaria de 30.000 euros.

No podemos olvidar el deporte por antonomasia de este país, el futbol. También se le otorga un beneficio de tal calibre que las auditorías por las auditorías a las que ha sido so mentida no han concluído con un aprobado. Es decir sus cuentas no se adecuan a las exigencias que desde la administración se le exige. A pesar de ello siguen recibiendo dinero público con un agravante. El presidente de la Federación se ha elevado su sueldo en un 20% sumando unos ingresos que son el doble de los que recibe anualmente el presidente del gobierno.

Nos queda un detalle más de las cuentas públicas. En la época en la que nos hallamos con una tasa de paro histórica los sindicatos C.C.OO y UGT han recibido en el último trimestre 15 millones de euros en subvenciones. De los que podíamos analizar que una partida ha ido a parar a una fundación de las centrales y que ha recibido 147.000 euros para prevenir la drogadicción. Mientras al Proyecto Hombre, organización dedicada a la prevención y rehabilitación de drogodependientes 105.000 euros. Algo que llama la atención de una manera muy preocupante.

Es todo esto un argumento muy sólido que sirve para empezar a colocar los fundamentos de una rebelión cívica. Los ciudadanos tenemos la obligación de comenzar a desmontar un sistema que renuncia a regenerase y comenzar a dar cabida a la racionalidad.

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