SALUD

Tras la entrada en vigor de la ley que restringe el consumo del tabaco es lógico pensar que a continuación se elaborará una normativa para acotar tambien el consumo del alcohol. Tanto tabaco como alcohol son dos productos que minan de modo importante la salud y por lo tanto si acotar el fumar se ha hecho por motivos de salud limitar consumir alcohol debería estar contenido en el mismo argumento.

No soy partidario de prohibir cosas que están dentro del ámbito de la persona, pero también es un hecho que a veces las personas no son conscientes de que encender un cigarrillo supone una agresión a la salud de los demás, además de a la suya propia. De igual manera beber en público alcohol podría servir de un mal ejemplo hacia los menores. Una práctica que vemos como habitual, como es el beber alcohol que incluso lo tildamos como algo muy viril, además si lo hacemos en abundancia, acarrea grandes problemas de salud. El consumir alcohol lo hemos asimilado como una parte de nuestra cultura. Cuando celebramos algún acontecimiento es habitual hacerlo con bebidas alcoholicas.

No sería ninguna sorpresa que en un período relativamente corto se trabajase para poner en funcionamiento una ley anti alcohol. Si en realidad de lo que se trata es de preservar la salud de los ciudadanos.

Lo que debería aconpañar a las restricciones es la paulatina retirada del mercado o al menos una venta muy limitada de los productos que no se quieren promocionar, como en este caso las cajetillas de tabaco. El estado, que es el único agente que puede hacerlo no parece que este por la labor. Erradicar el consumo en este caso del tabaco, por motivos de salud, es dificil de explicar si no se toman medidas en consecuencia con el objetivo que se persigue.

Es pronto para conocer los resultados de la nueva ley sobre el tabaco, aunque estoy seguro que habrá unos ganadores que seremos todos dejando a un lado la polémica que ha suscitado la puesta en marcha de la ley. Ahora queda el alcohol y al estado ser consecuente con lo que persigue