domingo, 23 de enero de 2011

IDIOMAS

Reflexionando acerca de lo acontecido la pasada semana en el Senado, cuando sus Señorías se expresaron en las diferentes lenguas oficiales del estado, se llega a la conclusión que no existe ningún motivo para el reproche. Los senadores estaban ejerciendo el derecho que les ampara constitucionalmente. No existe motivo alguno para rasgarse las vestiduras, los senadores están en su derecho para expresarse en cualquiera de los idiomas que enriquecen la cultura de nuestro país, además es un sano ejercicio que pone de manifiesto la pluralidad que existe en España.

Aunque hay algo por lo que los ciudadanos debemos tener motivos para expresar nuestro malestar con la expresión de pluralidad antes señalada. Plasmar la pluralidad en la Cámara de los representantes no puede significar un elemento gravoso y menos aún en la actualidad. El coste que supone a las arcas públicas, es decir a la ciudadanía es algo insultante. En los momentos actuales la administración debe realizar esfuerzos para estrechar el gasto.

Cuando los sacrificios, para superar la crisis, que nos tiene atenazados, deben realizarse por todos los sectores de la población, la clase política no debe convertirse en una isla. Los políticos no deben transformarse en una barrera que suponga hacer más dificil la salida de la crisis. Emplear 350.000 euros en las tradiciones simultáneas en el Senado es un despilfarro y por ello se convierte en un claro insulto hacia el resto de los compatriotas. Una clase política que no está dotada de sensibilidad hacia los ciudadanos no merece ocupar las responsabilidades que se les ha encomendado.

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