La gestión que está llevando a cabo, el gobierno que preside Zapatero, está siendo un auténtico fiasco. Los continuos cambios, que está realizando el ejecutivo, es la demostración de que existe un desconcierto a la hora de abordar la administración del país. No existe ninguna “asignatura” de la máxima relevancia que haya sido aprobada.
Esta legislatura se la conocerá como la era del desempleo. Las cifras de parados han batido record de manera constante. Estamos a las puertas de los cinco millones de desempleados y con un 40% de jóvenes que no tienen un trabajo. Unos jóvenes que son el futuro y por tanto podríamos interpretar que lo que está por venir no es de lo más esperanzador.
El empecinamiento, de J.L.R. Zapatero, de prolongar la legislatura hasta su final legal aboca al país a una agonía demasiado dura y amplia. Ha perdido confianza entre los ciudadanos. Los mercados financieros tampoco confían en nosotros y nos están colocando en una situación peligrosa. La falta de credibilidad nos hace débiles y contribuye a que salir de la crisis nos resulte muy laborioso. Es necesario un cambio de rumbo. Un cambio que el gobierno actual se muestra incapaz de poner en marcha.
Apelar al patriotismo es lo único que nos resta a los ciudadanos. Los dirigentes políticos deben tener altura de miras y no aferrarse al poder. La clase política debe demostrar su madurez y su responsabilidad aceptando lo que hoy es un grito unánime.
Elecciones anticipadas es lo que se reclama, aunque no es la solución, pero sería la mejor y la más generosa actuación que este gobierno ejecutaría. Seguro que todos se lo agradeceremos. Pasaría a los anales de la historia como un ejecutivo responsable y lejos del sectarismo que le ha caracterizado a lo largo de los años que ha permanecido en el poder.
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